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Se puede comprobar que la foto no es gran cosa, pero a lo mejor merece la pena, ya que fue la única forma que tuvimos de fotografiar el avión de BenedictoXVI en LEST, como un fantasma entre la niebla, despegando hacia Barcelona, y vacio. Una mañana de mucha niebla con una visibilidad practicamente nula. En los aterrizajes los aviones pasaban delante a poca distancia pero no se veían, de ahí que numerosos vuelos se fueran a alternativo. Para Esteban y J.L.Maquieira que menuda mañana pasamos.
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