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Remarks |
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Ese día esta pandilla de “chalados” (incluido el que suscribe) andaba de esta guisa (con esa especie de camisa de fuerza sueltecita, pero obligatoria “manu militari”) por el aparcamiento del TLP , una hora antes de la puesta en marcha de los motores. En el centro, el sufrido, y hasta casi cariñoso, Cte. Pallaré nos “vigila”, je, je,… por si algún osado se desmandaba. Mil gracias, mi comandante.
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