Juan M. Gonzalez
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28/06/2007 10:27:33
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Aquel avión, después de todas las pruebas en tierra, salió a volar y presentó una perdida por goteo de combustible en la panza del fuselaje, delante del “center line”, en la inspección rápida (“quick check” creo que la llamábamos) que se hacía a todos estos aviones en cabecera de pista, justo antes de salir a despegar, por mecánicos especializados. Se ordenó su vuelta al aparcamiento y al inspeccionarlo de inmediato no quedaba ni rastro de la perdida. Se iniciaron una serie de pruebas e inspecciones especificas del sistema de combustible, y en ningún sitio se encontró anomalía alguna, pero cuando llegaba la “quick check” tras cada nueva revisión, volvía a presentar el mismo síntoma al iniciar el despegue teniendo que abortar y otra vez al corral y así durante cinco días, empezando a ser mi equipo blanco de dimes y diretes. Intervine personalmente y iniciamos una reunión a puerta cerrada donde me contaron todo los que se había hecho con sus secuencias detalladas, pero tuvimos que recurrir al esquema del sistema de combustible, bastante complejo pues tenia ocho celdas de combustible internas mas los depósitos externos si los llevaba, todo ello conectado por una red de bombas duplicadas de trasvase y las correspondientes tuberías de interconexión para garantizar una optima alimentación a los reactores; además tenia tres tuberías de drenaje para soltar combustible por la cola y las alas cuando sobraba, se dilataba o para emergencias. Nos dimos cuenta que estas tuberías solo entraban en servicio a presión cuando se presurizaban los depósitos al cerrar las cúpulas e iniciar el despegue. Eso nos hizo pensar que, en estas tuberías habitualmente vacías, estaba la perdida. Pero también se habían inspeccionado y encontrado NADA. Ordené una nueva falsa salida y a la vuelta se desmontaron rápidamente todos los registros de acceso de la mas larga, que unía el deposito delantero del fuselaje y recorría todo el lomo del fuselaje hasta el drenaje de cola. Me subí al ala, no vi combustible y, en la zona justo encima del goteo en la panza, empecé a oler con todas mis fuerza comprobando enseguida el pestazo a JP-4, pero ni rastro liquido. Como allí había un empalme o manguito que no se veía por estar justo en la cuaderna maestra que era doble, pedí un papel de periódico y lo introduje entre ambas paredes de la cuaderna metiéndolo por el agujero pasamuros de una de las chapas. Cuando lo saqué chorreaba combustible que caía entre las dos chapas de la cuaderna maestra delantera pero que se evaporaba al pasar por la zona caliente que rodeaba los motores. Allí estaba la explicación del misterio. Esta historia os parecerá irreal pero a mi no se me ha olvidado en mi vida.
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