Vehículo aéreo no tripulado de reconocimiento de velocidad superior a Mach 3 diseñado para ser portado por un A-12 lanzador al que se llamó M-1. Tras un lanzamiento desde un M-1 que acabó de manera desastrosa con la destrucción del D-21, del M-1 y la muerte de uno de los dos tripulantes el resto de pruebas operacionales se realizaron desde un B-52. Su escaso índice de éxitos y la llegada de los satélites espía acabaron con su programa.