El F11 Tiger cuenta en su haber con una de las anécdotas más curiosas de la historia de la Aviación militar. El piloto de uno de los ejemplares de pruebas se derribó a sí mismo con sus propias balas disparadas antes de una maniobra de descenso que le colocó en la trayectoria de las mismas. Hay que decir en su defensa que en aquella época el vuelo supersónico aún guardaba muchos interrogantes y se seguía experimentando. El aparato de la imagen terminó sus días como avión de demostración con los Blue Angels.