Uno de los problemas de hacer nocturnas a los vuelos que entran en cabecera de pista es no saber si se pararán o, por el contrario, acelerarán para conseguir velocidad de despegue sin detenerse. Gracias a este pequeñin de Aer Lingus, el TAM que entró después estuvo un tiempo parado, suficiente para poder cogerlo.
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