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El acto había terminado y la última tropa de la Armada Española se retira en formación pasando entre los dos Heinkel He-59 y los otros Heinkel He-60. Los invitados civiles se dispersan, esperando a que los soldados españoles rompan filas y se puedan reunir con sus familiares. Se adivina que poco a poco la esperanza que daba la neutralidad ya declarada frente a la 2ª GM que los rodeaba, iba venciendo sus temores y malos recuerdos.
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Se refleja en esta imagen el final distendido (el Oficial de la Armada Española con un café y un bastón en sus manos, saludando a una de las mascotas de la Base) de la celebración de la Festividad de la Virgen de Loreto con la guerra ya terminada hace meses, todo ello delante del altar con el Heinkel He-60 al fondo. La presencia del personal civil invitado, aumenta la sensación de relajación tras los horribles años vividos por todos.
El personaje vestido de uniforme delante del Oficial de la Armada, debía de ser el soldado o cabo (tal vez gastador a la vez) que se encargaba de cuidar de la mascota y al que al parecer se estaba felicitando. En la foto enviada inmediatamente anterior a esta, se aprecia que determinados componentes de la tropa llevaban este tipo de uniforme.
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La primera fiesta de la Virgen de Loreto en Pollensa tras la guerra, se celebró con el acto central de la misa de campaña en la plataforma de una Base que se estaba empezando a construir, frente al muelle del futuro puerto y a la sombra de la grúa que sacaba los aviones del agua. Dos Heinkel He-59 a la derecha y otros dos He-60 al fondo eran la representación (que puede verse) de los hidros que desde allí más intervinieron en la guerra, entre otros.
Todos los militares españoles, tanto la tropa y marinería en el centro, como la bandera, los Oficiales y bastante operarios civiles a la derecha; y a la izquierda, autoridades e invitados civiles, todos sin excepción, rodilla en tierra, salvo las mascotas. Todo un “fresco, puro y duro” de la época, que tenia entonces las dos caras de la alegría y del luto.
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