Hubo una época, hace todavía no mucho tiempo, en la que un niño muy pequeño alzaba la cabeza para contemplar, embobado, el vuelo de una avioneta amarilla y que, a tan temprana edad ya soñaba con surcar los cielos en ella. Lo mismo ocurría con el “avión de la bombilla”, las calderetas “de culo rojo o blanco” o “el avión mosquito”; siempre al lado de tres maravillosas personas con las que, conforme pasa tiempo, uno aprende a llamar a cada cosa por su nombre, siendo éste Boeing 727, ATP de Air Europa Express o A320. Años más tarde, el piloto al mando de esta aeronave me dice “vamos a ver la rali”. Por primera vez, ese niño curioso pone su mano sobre la fascinante avioneta amarilla, ante la atenta mirada de una forastera melliza de color blanco, que todavía no había entrado en servicio. Se estaba cumpliendo un sueño. Hoy, 500 fotos después de ese día, doy las gracias a toda esa gente. De esas tres maravillosas personas poco voy a decir, ellos saben quienes son y todo lo que significan para mí. También agradeceré eternamente la gran ayuda prestada por la persona a los mandos de esta “melliza blanca” que ahora retrato por dentro. No se me olvida gente como Raúl, quien siempre se ha portado como un gran amigo y que, al igual que Alberto, es una de las mejores personas que he conocido. Ahora, a 500 km de casa, me enorgullece decir que soy parte de cada uno de vosotros, que estas fotos llevan vuestra firma y espero que juntos, con el sueño cumplido, podamos poner muchos más nombr
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