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Primer monoplano de caza de la Aviación nacional, entró en combate en noviembre de 1936 con gran éxito y determinó la superioridad aérea gubernamental en el invierno de 1936-37.
En la primavera y verano de 1938 cruzaron la frontera pirenaica 120 "I-16" mejorados, dotados de cuatro ametralladoras, y ello permitió el reequipamiento de las seis escuadrillas del Grupo 21 y la formación de la 7.ª; en septiembre la 4.ª escuadrilla fue equipada con motor de altura e instalación de oxígeno.
En España se comenzó una serie de 100 aviones, de los que una decena larga se completó en Alicante antes de finalizar la contienda y tres decenas en la posguerra, en una bodega de Jerez que actuaba como Taller Experimental del Aire.
Los 22 "I-16" que sobrevivieron a la guerra estuvieron destinados inicialmente en Mallorca y luego pasaron a Sevilla (Grupo 26) y Morón (Escuela de Caza), donde se les unieron los terminados en Jerez.
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