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Placidamente estacionado y bien atado, sin apenas rasguños, una mañana después de una noche lluviosa se hizo esta foto al avión "perdido" el día anterior y del que la primera pista la dio el dueño del Hotel-Restaurante que se ve al fondo, al tener que hospedar ese anochecer, con la consiguiente sorpresa, a un señor (el piloto) y ver que era francés y no traía coche. La historia resumida bajo la foto. (No la abráis si no queréis, basta abrir los comentarios)
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