El Mercure fue la respuesta de la industria francesa a las previsiones de mercado para un avión de corto alcance de capacidad entre las 120 y las 150 plazas. El diseño básico era muy similar al del 737, con el que compartía también la planta motriz (Pratt & Whitney JT8D-15). Su mayor fallo fue la corta autonomía que le obligaba a repostar en prácticamente todas sus paradas lo que hacía muy difícil su rentabilidad. Curioso que el 737 sea, a pesar de sus similitudes, el avión más exitoso de la historia de la aviación comercial y que del Mercure sólo se fabricasen 12 ejemplares, incluyendo los prototipos, para un único operador que fue la extinta Air Inter. Si no fallan mis referencias, esta fue la última visita de un Mercure a Mallorca, en un día totalmente gris que no favoreció cazarlo con más calidad.
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