Recuerdo perfectamente esa tarde en la aproximación de la 24L de Palma junto con Joan Martorell: estábamos esperando un Saudia pero no sabíamos exactamente que modelo ni tan siqueira si estaba confirmado (Sobra decir que no existía el Flightradar). Al empezar a divisar las cuatro estelas de humo negro estallamos en júbilo.