Boeing, Airbus y Embraer han firmado un memorando de acuerdo para trabajar conjuntamente en el desarrollo de biocombustibles asequibles para la aviación que se puedan utilizar sin modificar los equipos actuales. Los tres líderes en fabricación de aviones acordaron buscar oportunidades de colaboración para hablar con una sola voz ante gobiernos, productores de biocombustibles y otros agentes clave con el fin de respaldar, promover y acelerar la disponibilidad de nuevas fuentes de combustible sostenible para reactores.
Jim Albaugh, presidente y consejero delegado de Boeing Commercial Airplanes, Tom Enders, presidente y consejero delegado de Airbus, y Paulo César Silva, presidente de Embraer Commercial Aviation, firmaron el acuerdo en la Cumbre de Aviación y Medioambiente, organizada por el Grupo de Acción para el Tránsito Aéreo (ATAG por sus siglas en inglés) en Ginebra.
El acuerdo de colaboración respalda el enfoque plural del sector destinado a reducir sus emisiones de carbono de un modo sostenido. La innovación continua, alentada por la dinámica de competencia en el mercado, que lleva a los fabricantes a mejorar el rendimiento de sus productos sin cesar, y la modernización del tráfico aéreo son otros elementos fundamentales para conseguir un crecimiento neutral en emisiones de carbono a partir de 2020 y reducir las emisiones a la mitad en 2050 respecto de los niveles de 2005.
Las tres compañías son miembros asociados del Grupo de Usuarios de Combustible para Aviación Sostenible (www.safug.org), que incluye 23 líneas aéreas líderes que son responsables de aproximadamente el 25% del consumo anual de combustible en aviación. Boeing y Embraer ya están estudiando conjuntamente cómo establecer un sector de biocombustibles sostenibles para aviación en Brasil y están explorando nuevas posibilidades tecnológicas para ampliar las fuentes y disponibilidad de biocombustibles. Boeing y Airbus también están actuando en todo el mundo para ayudar a establecer cadenas de suministro regionales, y los tres fabricantes han respaldado numerosos vuelos con biocombustibles desde que los organismos internacionales de normalización de combustibles aprobaran su uso comercial en 2011.
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