Parece mentira que un país como Gran Bretaña pudiese desarollar y construir en serie TRES bombarderos tetrarreactores con capacidad nuclear, casi simultáneamente. El más radical y exitoso fué el Vulcan. Originalmente su ala era un triángulo puro desde el encastre a los extremos, pero en la versión B.2 (que vemos aquí despegando durante el Tatoo de 1985) el borde de ataque adoptó este diseño tan barroco. (KR64/Nikon Coolscan V)
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