Los enormes silenciadores del BAC 111 fueron un factor decisivo para prolongar su vida útil, ya que una "huella sonora" de casi 100 dB de EPN (Ruido Percibido Exteriormente) eran muchos decibelios en una época en que el concepto "Buen vecino" empezaba a aplicarse a los nuevos aviones, más silenciosos. Los voluminosos "tubos" que prolongaban la tobera de los Spey reducian un 50% este ruido y les permitieron volar en Europa Occidental. Este -416EK (c/n 166) que llega a MAD nos los muestra. (KR64/Nikon Coolscan V)
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