Efectivamente Antonio. El destino era Nueva York; un profe de mi universidad iba en ese vuelo y salió ileso del percance. Recuerdo el día que nos lo contó en clase a todos los alumnos, manifestando la despreocupación de parte del pasaje para abandonar el aeronave tras la parada del mismo, puesto que se entretuvieron en exceso cogiendo el equipaje de mano, sin advertir el potencial peligro de la situación y su fatal desenlace desgraciadamente...