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El Jet Provost T.5 difería de sus antecesores en su nueva proa (motivada por su cockpit presurizado), que le daba un aspecto más "cabezón", parecido a un renacuajo. La conversión no debió ser muy sencilla, a juzgar por las "strakes" que se ven bajo el morro del XW372 /121 (c/n EEP/JP/1022), probablemente necesarias para mantener el flujo de aire a las entradas del motor (KR64/Coolscan V)
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La serie 475 fue cronológicamnte la última ofrecida por British Aircraft Corp. Se trataba de una variante "hot and high" destinada a paises en desarrollo, a veces carentes de pistas asfaltadas. Desgraciadamente, en los años 70, los rivales americanos del "One Eleven" ya estaban establecidos en el mercado, y sólo se vendieron 9 unidades de esta serie. Este -479FU sirvió en la Escuela para Pilotos de Pruebas dependiente de la Aeroplane & Armament Experimental Establishment, una especie de INTA briánico (KR64/Nikon Coolscan V)
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El BAC 111 también apareció en los colores de diversos gobiernos. Este -201AC (uno de los primeros, c/n 8) no perteneción realmente a la Royal Air Force, sino a uno de esos organismos paramilitares de experimentación y homologación, comparables al CEV francés o al INTA español. (KR64 / Nikon Coolscan V)
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El Lancaster es uno de esos aviones históricos que no necesitan presentación. Este ejemplar sigue en manos de la RAF, encuadrado en el Battle of Britain Memorial Flight. El ruido de sus cuatro Merlins era música celestial... (KR64/Nikon Coolscan V)
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Terminada su demostración el inmenso Vulcan se posa con suavidad, empleando sus aerofrenos "tipo velero" (encastrados en el ala). Aquí se aprecia la limpieza aerodinámica de este bombardero, pese al inevitable crecimiento de protuberancias tales como el visor de bombardeo bajo el morro y el voluminoso cono de cola con el equipo ECM (KR64/Nikon Coolscan V)
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Parece mentira que un país como Gran Bretaña pudiese desarollar y construir en serie TRES bombarderos tetrarreactores con capacidad nuclear, casi simultáneamente. El más radical y exitoso fué el Vulcan. Originalmente su ala era un triángulo puro desde el encastre a los extremos, pero en la versión B.2 (que vemos aquí despegando durante el Tatoo de 1985) el borde de ataque adoptó este diseño tan barroco. (KR64/Nikon Coolscan V)
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Cosas del clima británico: la escasa luz de una tarde lluviosa no ayuda mucho a "congelar" debidamente a un avión que despega a más de 300 Km/h. Sin embargo, sí resalta las características "colas de tigre" que acompañaban los despegues del "Habu". El estruendo era inenarrable... (KR64/Nikon Coolscan V)
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El siniestro SR-71, más negro que un pecado, termina su show con una nota de color, su enorme paracaídas de frenado. Pocos aviones han tenido el carisma de este "spotter" de la estratosfera, en el que todo eran superlativos. (KR64/Nikon Coolscan V)
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